Redime la venganza por la herida
y vierte tu dolor al universo,
el mundo no merece ser el puerto
que estibe tu dulzura en la sentina
del barco que transporta a ese farsante
capaz de golpearte por despecho.
Redime el corazón echando fuera
el tibio y dulce amor que le ofreciste,
el es la afirmación horrenda y triste
del necio defensor de la incultura
creyendo ser feliz cuando tortura
un tierno corazón que se resiste.