Ignacio Aguado Fernández

DESDE LA COMISURA DE TUS LABIOS ROJOS

Desde la comisura de

tus labios rojos

baja hasta la atalaya

del pezón izquierdo,

admira luego las vistas

desde el derecho y,

tras descansar fugazmente

haciendo círculos en

el centro del ombligo,

se adentra sin brújula en

el frondoso Monte de Venus,

debajo del cual encuentra,

por fin, la vereda que lleva

a una gruta secreta

donde halla refugio

al tiempo que da placer

 

mi lengua.