Siento rabia y tengo miedo,
siento rabia de vivir
en un mundo tan obtuso
que labra su propio fin
a golpes de odio y miseria
de egoísmo y vanidad
que cava su propia tumba
y no para de horadar
buscando el apocalipsis,
ignorando la verdad,
siguiendo los espejismos
que marca el gran capital.
Siento miedo de que el tiempo
agote la cuenta atrás
que la tierra nos arroje
al vertedero global
cansada de la basura
que le hemos hecho tragar,
que nos vomite en la taza
del espacio universal
que tire de la cadena
y arrastre a la humanidad
al vertedero del tiempo
donde ya no hay marcha atrás
y vuelva a empezar de cero
un nuevo ciclo vital.
Siento rabia y siento miedo
de no poderlo evitar,
de haber hecho caso omiso
cuando mucho tiempo atrás
nos estaba dando avisos
de que no aguantaba más,
con estertores, volcanes,
inundaciones, sequias,
terremotos y tsunamis,
hambrunas día tras día,
pero no le hicimos caso
y seguimos arrasando
su piel, si cielo, sus aguas
el aire que respiramos,
ahora quizás sea tarde
y aun así, no escarmentamos.