En un rincón de la noche oscura,
un gato duerme con delicadeza,
su figura, sutil y tan peluda,
encierra en su esencia su grandeza.
Con paso sigiloso y elegante,
se desliza por callejones solos,
su mirada misteriosa y penetrante,
nos cautiva con sus gestos tan hondos.
Sus ojos, luceros de la esperanza,
reflejan misterios y muchos anhelos,
en la penumbra, su sombra avanza,
un enigma que envuelve nuestros sueños.
De pelaje suave como terciopelo,
se desliza cual sombra sin ruido,
en su presencia habita un duende bello,
su belleza es como un canto florido.
Sus patas, ágiles y afiladas,
tejen con destreza su danza fugaz,
como un acróbata en noches estrelladas,
nos regala una actuación tan audaz.
En sus bigotes se ocultan secretos,
que ni en mil vidas podremos descifrar,
ese misterio que provoca afectos,
y nos hace de amor por él vibrar.
Un ronroneo suave brota de su ser,
un canto melodioso a la eternidad,
se vierte en su voz un palpitar querer,
seduce con su encanto, su humildad.
Su cola como un estandarte se alza,
provocando intriga en su caminar,
majestuosa ondea y nos avanza,
la esencia de su ser, nos hace vibrar.
Oh gato, arlequín de los tejados,
dueño cautivo del reino nocturno,
entre sombras y estrellas has creado,
tu imperio dulce y eterno adiurno.
En tu mirada hay un brillo profundo,
una pieza de arte escondida en ti,
tu presencia en mi vida es un mundo,
donde encuentro paz y tranquilidad sin fin.
Gato, poeta de la noche enigmática,
guardián de sueños, de historias sin contar,
en tus patas se esconde una melodía fantástica,
un susurro de secretos que nos haces imaginar.
Soñador felino, eres mi musa,
tus maullidos llenan el aire de inspiración,
tu sereno andar mi corazón acusa,
y en este poema te doy mi devoción.
En cada verso te nombro, dulce gato,
y en cada palabra te dignifico,
eres el poema que ha brotado,
desde mi alma hasta el firmamento lírico.
Oh gato, ser divino y enigmático,
te dedico estas estrofas de amor,
me has cautivado con tu ser místico,
y en tu regazo encuentro mi esplendor.
Con cada rima que fluye de mi pluma,
te canto, gato amado, poesía eterna,
en cada palabra busco la bruma,
de tu esencia mágica y tierna.
A ti, bello gato, mi mejor poesía,
dedico estos versos de alma y corazón,
eres la musa que en mi vida guía,
la inspiración que me da dirección.
Y así, en rima redondilla me despido,
del gato que me ha cautivado el alma,
con versos que en el viento han tejido,
la historia de un amor que no se acaba.