Un camino recto y largo
es mejor que el del atajo,
si de mucho no me cargo
y de a ratos me relajo.
Por saltarte algún obstáculo
puede que pierdas el rumbo,
pero si tomas un báculo
te evitarás el mal tumbo.
En el medio del camino
repasando lo aprendido,
vislumbrarás tu destino
con el paso sostenido.
Sólo mantente confiado
en que Dios va de tu lado,
y, cuando ya hayas llegado,
agradece lo logrado.
Lucila De Melo(MMGA)
Uruguay