Llaneza

La prĂ³diga

Al ser un alma peregrina 

en tierras propia y lejana 

se topa con lo inmutable,

su sombra le pesa

y sin penas ni gloria 

de repente siente un impulso

vuelve a su morada,

con la mente abierta

toca la puerta toc, toc 

le abre la esperanza,

ya sosegada piensa 

que, en los caminos oscuros 

las garras de los vicios 

la tenían aprisionada,

y al traer a la memoria 

unas sabias palabras 

“tú eres lo que quieres ser”

con voluntad férrea 

se libera de los factores, 

como pródiga contrita

con lágrimas prístinas

enmienda los errores