Como al otoño me embriaga la tristeza
soy, como un árbol sin hojas en verano,
como flor marchita en primavera,
como fuego apagado en el invierno.
Hueco de amor el corazón me late,
la sangre es fría escarcha peregrina,
y el alma, canción de melancolía,
callada en mi interior sin escucharse.
Soy como un candil de fuego sin aceite,
como una negra noche sin estrellas,
como una fuente seca en estiaje,
como el amor marchito que se aleja.
Vivo en la nada y yo mismo soy nada,
busco salida al ruin laberinto
que es vivir por siempre sin palabras,
no hallando la puerta que me salva.