Un camándula mamerto,
zafio, superfluo y zaino
fue el causante de este entuerto
en el que me he visto metido.
Un perfecto ñiquiñaque
nefando, zonzo y subido
sin saber, cómo y porqué
se acercó como un mezquino.
Ese nefando aguerrido,
soltándome un vituperio,
quiso erigirse en Cupido,
faltando a quien yo más quiero.
Ese pobre desdichado,
infausto, aciago y sin suerte,
fue vilmente reprobado
por hacerse el muy valiente.
Por ser un arrastracueros
se llevó su merecido,
es norma de caballeros
saber dónde te has metido.
Classman