Logrè vaciarme, sentir que podìa conciliar el sueño,
saber que un abrazo alivia y las metas no se debaten,
logrè recuperar la sonrisa, cambiar mi horizonte,
repensar mi futuro a largo plazo, sanar las heridas,
esas que golpean el cuerpo y derriban el alma.
Las cosas buenas pasan y uno decide como las recibe.
Cultivar el deseo de ser feliz es un pequeño refugio,
que me suceda depende de mi, de mis pasos de los detalles
que voy apreciando y agendo en mis dìas, asì vuelo y sè
que hay demasiado cielo para apreciar cada amanecer.
Dejar que el sol acaricie mi cuerpo, y saber que sonreir
me hace màs fuerte en una vuelta de pàgina y hacia un capìtulo màs.
Me reconstruyo y dejo atràs sin darme cuenta el vacìo inexplicable
que quebrò a mi alma un dos de agosto.
Es asì me hice cenizas y volvì a nacer.
Decir que no me sucediò es olvidar y solo sè perdonar para liberarme y ser feliz.