Raiza N. Jiménez E.

Una vez morí.-

En esa ocasión, dicen que estuve muerta
La verdad, yo no lo supe en el instante,
solo sé que encontré una luz brillante;
fui por un pasillo que no tenía puerta.
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Volví al inició y la situación era incierta.
Cierto, oía las voces fuertes y alteradas;
muchas voces, estaban entremezcladas.
Unos gritaban y lloraban: está muerta.
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Ahora, recuerdo lo aquel cirujano decía.
Salieron y al volver, ya estaba despierta.
Feliz la enfermera, decía: no está muerta
¡Que fuiste tú y que no, fue la culpa mía!
 
¡La alegría se sintió en aquel, quirófano,
fue lastimoso que, no había un micrófono!
 
 
Nota: la Marcha Funebre de Chopin, es la más bella música que, un vivo puede elegir, para su despedida final, al más allá.