Desafiando a la vil muerte
un pequeño se moría,
pensando en que era muy fuerte
la tediosa letanía.
—No moriré en vano. ¡Nunca!
—pronunció su retahíla—.
Más fuerte es que Dios te trunca...;
si El quisiera te jubila
\"No lees ni escribes nada
solo eres quien aniquila.
Se ve como una mamada
lo que tu mente cavila...
La muerte, que se enojó,
por todo lo que escuchó,
no tuvo más piedad de él
y de una se lo llevó.