Dibujaba a veces
en largas distancias,
anhelos y dichas
que queria tocar.
Soñaba enredarme
en la suave seda
de la brisa eterna,
de la libertad.
Viví prisionera
de largas esperas,
cautiva y celosa
de un sueño inmortal.
Viví esclavizada
buscando rabiosa,
lejanos espejos
de un mundo irreal.
Hoy camino lento,
sin buscar siquiera...
Luces a lo lejos,
ni sombras acá.
María Inés Pascuccio.