Rayelzorro

CONOCIENDO EL AMOR

 

Cuando eres párvulo
buscas experiencias,
quizás en un ángulo
de cero ciencias.

Entonces vi a mi musa
nacida de la misma noche,
llegó a mi vida como intrusa
con sus besos en derroche.

Besos dulces, cual ambrosía
dejaban este cuerpo inerte,
de repente era cosa mía
¡Esos besos se parecían a la muerte!

Fuego y chispa salía
en cada rose de esos labios;
ya no era cosa mía
me había vuelto su esclavo.

Aprendí a no temerle a la parca
en su pecho me refugiaba
mi deseo era encontrarla
para nuevamente acariciarla.

Poco a poco llegar a ella
como quien conquista un territorio,
primero con mucha cautela
luego sin pena ni embrollo.

Aún recuerdo, ese nácar prohibido
ofrecido por su boca,
sin duda era mi delirio
que añoro hasta ahora.