Cuando nos amamos, el mundo se detiene,
Y en ese instante mágico, todo renace.
Dos almas en un abrazo se entrelazan,
El corazón despierta y se engrandece.
En cada gesto, en cada dulce mirada,
El universo se revela a nuestros ojos,
Y en cada beso, en cada caricia entregada,
Los sentimientos fluyen, sinceros y gozosos.
Cuando nos amamos, las horas vuelan,
Como hojas que el viento arrastra sin cesar.
El tiempo se disuelve, en esencia nos fundimos,
En un baile eterno, sin temor a naufragar.
En el eco del silencio, nos comunicamos,
Palabras sobran cuando el alma habla,
En ese pacto sagrado que entrelazamos,
El amor florece en la más pura llama.
Las diferencias se diluyen, se hacen pequeñas,
Y en la complicidad, encontramos fortaleza.
Juntos, enfrentamos las pruebas más añejas,
Pues nuestro amor es la más grande riqueza.
Cuando nos amamos, somos más que dos,
Somos el eco de un universo ensamblado.
Cada latido del corazón resuena en ambos,
Como melodía de un amor entrelazado.
En la sombra o en la luz, siempre estaremos,
Compartiendo risas, sueños y esperanzas.
En cada estación del tiempo nos veremos,
Porque nuestro amor, cuando nos amamos, avanza.
Y aunque el tiempo pueda marcar su paso,
Nuestro amor será un eterno romance,
Un lazo que en cada amanecer renace,
Un regalo divino, una eterna danza.
En cada día, en cada encuentro,
Seguiremos amándonos, siempre unidos.
Porque cuando nos amamos, del todo somos el centro,
Descubrimos el amor, se afinan nuestros sentidos.
Autor: Ángel R. Anaya Puerta
El Ángel de los sueños
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