Una por una
las amé
en la belleza
del edén,
lindas rosas
del amanecer.
En la terneza,
cuerpos ardientes
desbordan
anhelos insurgentes.
Líricos momentos
se funden
en la rapsodia
de la noche
y su vigilia.
Flores de siempre,
regadas día a día,
sensuales y candentes,
elegantes damas,
únicas y vehementes.
Una por una
las amé,
fueron tan bellas,
yacidas en mi ser,
son sempiternas,
sublimes seres,
elixir y climax
de anocheceres.