Platón razona asolas en su caverna
mientras una sombra le ofrece rosas,
y resulta ser el filosofal colega Spinoza
cuyo amor se adelanta a la lenta materia
En la oriya escarlata el refulgente Arthur
Rimbaud estaba oviyando la red del azur
como loco por hayar la yave del Edén,
aunque Dios le niegue el placer que le den
Además el beso de la Górgona sedujo
a algún procaz Epicuro con sus movidas
de lengua pérfida, profanas tretas y lujos,
pero tampoco pasa nada mas que la vida
Lo tal aquí expuesto me lo comentó Loki
creyendo que era yo otro indolente yogui,
luego desaparececió entre fuegos aprisa,
y solo sé que no pude contener ya la risa