Una flor se deshoja.
Como las estrellas pierden
su luminosidad
hasta que el día hambriento
consume su claridad.
Tu razón y mirada
no logran percibir la realidad.
La noche calla las pasiones
el día, bestial, despierta la ciudad.
Las estrellas,
forman una identidad
como una cultura
recogida del ayer:
el dolor habitual y
el asombro extraviado.
La pérdida de pétalos
es la perdida
de la valoración personal.
El amor a sí misma,
revoletea
como un pez en las redes.
espera escapar de la red
para huir del abuso.
Mujer atrapada,
en la violencia,
como una telaraña
invisible, parece natural,
la mirada complaciente,
deja,
el dolor en el mismo lugar,
pero ella muere un poco
cada día.
Tus semillas
generen una nueva flor.
Piensas que es habitual.
que los pétalos son fugaces.
Así.
olvidas la identidad de una flor…
Amiga,
la violencia te cambia
el dolor y el amor de lugar.
hace del amor equivocado
el dolor continuo sin solución.
Dibuja en tu soledad una flor
para no olvidar tu identidad.
Pinta los pétalos
Para no olvidar el amor.
Para amarte a ti misma,
bebe de tu amor,
aunque sean gotas de llovizna,
(Así despierta el desierto florido)
una gota de tu amor propio
te hará mujer, amada,
sin huellas en la piel.