Esta felina angustia
asediada por ladridos.
Acorralada y frenética,
zarpazo de la rabia
de dos lenguajes rasgados.
El vaticinio de mi enfermedad.
Felonía en el callejón,
el temor y el instinto: dos fogatas,
dos ojos en la sombra,
los ojos de la sombra.
La presa tiene hambre
navega sombría
por la trémula oscuridad
impaciente
hasta el muro macerado de luna.
Aprieta el barullo de los insectos.
La silueta de algún ratón o sapo
adobado de luna,
salteado al aire
habrá lanzado sus sombras
sobre los muros cómplices.
Fauces silenciosas, agazapadas
y abiertas de infinito.
El mutismo del calabozo
entre estos muros,
y esa sombría patria lunar
uncida de fronteras.
©JoséGalarza (2023)