En la hora más bella del mundo,
por la playa el tiempo paseamos,
cuando el silencio llenó el ocaso
con ondas de un cántico profundo.
Tu suave mano en la mía siento,
mi corazón palpita agitado,
porque aún recuerdo ese momento
de aquel beso pausado y perdido
Tu abrazo que fue un falso acabado,
aún vela en mi llanto callado;
porque vivo solo con tu olvido,
por esa tu ausencia sin sentido.