Si eternizara un instante,
de uno de mil amores,
elegiría los gratos sin temores
del que en mi mente es constante.
No es aquel amor intrigante
ni el que me hirió sin motivo;
no es el que fue permisivo
ni el que fue vacilante.
Si perpetuara aquel momento
no vacilaria ni un segundo
en adorarla sin lamento.
No viviera este tormento,
del pasado en el presente,
donde me quedo sin aliento.