La vida es como la poesía
dramática, épica, lírica
el vate se inspira, plasma
como arte la creación divina.
En la inecabada existencia
el soplo de la vida eterna
es esencia del espíritu
y en la materia reencarna.
La frónesis ahonda en el pensar
con sus ramajes se extiende
y la memoria se fragmenta
entre los recuerdos y el olvido.
La emoción, el sentimiento
la odisea, peripecias…
son un aprendizaje; se anidan
y el devenir es continuo.
Como un reloj de arena
en el lapso previsto, la inalterable
muerte se hace presente
con su simbología; duelo y luto.
El cuerpo corructo yace en tierra
y el espíritu se desplaza
a una dimensión desconocida
¿Mito, leyenda o fantasía?