José Luis Barrientos León

Entre ilusiones y nostalgias

 

Aquí estoy,

cerca del final del bosque

donde el tiempo cesa

y el verde se aleja

convirtiendo las crestas en piedras

escondiendo la mirada

del musgo y la escarcha

guardando entre sombras

los pliegues de la floresta

cubiertos de polvo y olvido

armonizando estatuas por la tarde

en las horas frías que preparan la despedida

 

La naturaleza era un jardín ordenado

donde transitaba sin prisa

y el sol asomaba brillante y ardiente

con la esperanza de secar las lágrimas

paliando el deseo de no ser

con los recuerdos que acarician la piel

sin avergonzarse de las palabras que se murmuran

al roce y en la entrega

 

Pero el paisaje pareciera que se ha cansado

Y el viento nos trae

la noticia de un mar que se aleja

como la voz que se queda sin sonido

sin poder explicar la pureza del agua

o el significado que tiene la soledad para el solitario

 

Aquí estoy,

ordenando los cajones de mis días

acomodando los versos

que han querido ser parte de algo

parte de mí mismo

de la esencia de lo que realmente quise ser

una flor anunciando la vida

una gota de agua refrescando la mañana

una hoja flotando en el viento

un eco inmenso de luz y latidos

una esperanza desnuda en media mañana

una voz sublime por encima del silencio

una mirada furtiva buscando a la amada

una piel agitando la entraña

un deseo de ser a pesar de la nada