Me lo dijo tu sombra recostada en mi almohada: que al igual que yo tu te desvelas por mi...
que no puedes pasar un instante sin pensar en mi,
que todas las noches susurras mi nombre en tus sueños,
que vagas por las calles buscando mi rostro,
hoy tu aroma se lamentaba conmigo,
diciendo a gritos que te arrepientes de todo,
que te hace falta mi presencia en tu alcoba,
que lloras amargamente la ausencia,
que extrañas a quien te robó en algun momento la sonrisa,
que desesperas por estrechar mi mano,
tu pensamiento vino a mi, abogando por ti;
no se, sí creerle a tan enigmatico ser, quien me endredo en el pasado,
tus lágrimas interceden por ti, pero tu orgullo las detiene, ¿qué he de hacer?,
sí tus besos buscan mi boca, sí tu ternura absorbe mi calma,
sí tus caricias me envuelven el alma...
tu alma se desnuda ante mi, alegando un nuevo comienzo,
me tira de la cama, me incita a ir tras de ti, me rodea tu amor,
entonces daré tregua al recuerdo, aceptaré la invitación y me entregaré a tu amor.