La luz sobre las sombras se deshizo
Un viernes de noviembre donde, bella,
En el fogón ardía una centella
Que alzó la magia rara del hechizo.
La lluvia dejó paso al invernizo
Susurro de los vientos, su querella,
Cansados de quejarse, pues aquella
Más dura sonó en boca del granizo.
Las lluvias y los vientos sacudieron
Con toda su dureza los tejados,
Luciendo, firmes, su perseverancia.
Las brasas, sin embargo, resistieron
A los chubascos, viendo preparados
Viruta, carbón, leña en abundancia.
2005 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Las campanas de la muerte”
Primera parte: "Arqueros del alba"
Todos los derechos reservados por el autor.