El viento sopla con fuerza arrancando de raíz
La esperanza de los árboles de hallar el sol en un día gris.
Lo último en morir es el suspiro que abandona la exhalación
Y se extingue en la nada el espíritu
De lo que alguna vez fue un templo como de Salomón.
La vida es demasiado corta para el feliz y una eternidad para el que sufre.
Algunos siembran instantes hermosos pensando en que quien cosechará
Recordará por mucho tiempo un gesto de bondad y hará por otros lo mismo.
Pero otros giran sin rumbo alguno ni afán, sin lugar ninguno, sin plan
Y viven por vivir viendo como los sueños se les van.