Ni tu ni yo nos poseemos,
pero tu eres mi necesidad,
contraparte generosa
que vitaliza mi ser;
yo en cambio soy tu manantial
del cual sacas
tu infinita energía
saciando tu sed de amor.
Ni tu ni yo nos poseemos,
pero el amor que me das
hace vibrar dulcemente mi corazón,
mi pasión en cambio,
aquieta tiernamente tu sed de vida.
Ni tu ni yo nos poseemos,
pues en el amor que nos une
revolotea muy silente la libertad
asegurando que el tu y el yo
sean un nosotros en eterna primavera.
Ni tu ni yo nos poseemos,
pero ¡cómo nos queremos!,
¡cómo nos amamos y respetamos!,
¡cómo nos deseamos y acariciamos!;
somos átomos en busca de molécula,
somos eternidad
básicamente en presente,
floreciendo hacia el sol.
Angel Miguel