Una niñita encantada
con su vestidito alegre,
por la vereda empinada
lleva un ramo de claveles.
Con la luz en la mirada
de la mano de su madre,
bonita como una reina
ignora la plomiza tarde.
dónde vas con tantas flores
si hoy es día de tristeza
no cantan los ruiseñores ?
que se murieron sin verme,
hoy en día de difuntos
vengo para conocerles.
Con una llama encendida
por los rojos reventones,
la niña alumbra sus pasos
llegando hasta sus altares.
Besa los viejos retratos,
pone en los frascos las flores,
reza con las manos juntas
y los ojos sonrientes.
La niña sale danzando
de la mano de su madre,
en sus mejillas resaltan
los besos de sus mayores.