Aquelarre de rebuznos
Rebuznad, que bien lo hacéis,
solo sabéis rebuznar,
la vida es triste rebuzno
disfrazado de belleza,
que esconde bajo su embrujo
solo rebuznos y quejas.
¡Rebuznáis hasta el morir!
Rebuznáis ¡Y nada más!
No da mucho más la vida,
solo tristeza y dolor,
y para el alma un disfraz
de quimérica ilusión,
melancólico rebuzno
de algún rebuznado amor.
Rebuznad hasta saciaros,
rebuznad hasta calmaros,
con cobardía diréis:
¡Que jamás os advirtieron!
¡No mintáis! ¡Se os advirtió!
Por siempre se os advirtió:
¡Hacedlo bien, nunca mal!
Pero, ingratos y sin fe,
¡no supisteis escuchar!
Pagad por esos rebuznos
que no supisteis callar.
Alzad las copas, brindad,
nunca tenéis que parar,
seguid siempre rebuznando,
aunque no será un rebuzno
de promesa para nadie,
será solo un aquelarre
sobre orejas de los muertos.
Rebuznad con sumo gozo
que con gozo lloraréis.
Mercedes Bou Ibáñez