Mi querido borrico era de terciopelo,
con esos ojos tan grandes y suaves.
Mi muy querido borriquito era dulce
y suave como mi niñez en los veranos.
Se dejaba acariciar y rebuznaba dulce,
todo él era dulce en el candor de niño.
Por Almuñécar andaba mi borriquito,
ese burrito o asno chiquito que amaba
comer mientras le acariciaba tan manso.
Yo pequeñito y él tan grande su corazón.
en mis recuerdos lejanos de Andalucía.
entre casas encaladas y tiernos rebuznos.