Yo solo busco habitar en sus brazos,
hacerme uno en la paz de un beso;
ser un sauce mas que un cayado;
florecer a su lado como el cerezo.
Ser cual góndola y navegar,
por Aqueronte junto a su ser;
dirigirme cual peregrino,
y descansar en su amanecer.
Yo solo busco habitar en sus brazos;
y en el lugar donde la mente crea ilusiones;
donde la lógica se pierde;
donde el corazón crea pasiones.
Recorrería el mediterraneo;
sería cual Ulises de regreso,
tantas cosas yo haría,
por atracar en un beso.
Yo solo busco habitar en sus brazos;
en el leve surco de sus mejillas;
en sus lunares de nebulosa;
en sus preciosas pupilas.
Por su voz de soprano;
lírica cual Artemisa;
pues también posee su luna
y su belleza en la sonrisa.
Yo solo busco habitar en sus brazos;
en el sedar de su pelo;
en su otoño carmesí;
en su arrebol y su lucero.
En el rocío de su textura,
en sus manos como uvas;
en el sol de su presencia;
en la inflexión de su cintura.
Yo solo busco habitar en sus brazos;
sembrar mis besos en su frente;
arrullar sus sueños vespertinos
y cuidarla dulcemente.
Y que este amor tan inocente;
que tanto adora sus trazos;
eche raices suavemente;
y así habitar en sus brazos.