CARTAS AMARILLAS
(Una canción de Nino Bravo)
Empieza muy bajita, casi en susurro,
pero poco a poco va creciendo
hasta que estalla en un torrente de voz
tan poderoso, en una cascada de sonoridad tan virtuosa,
que incluso nos duele un poco
cuando explica:
“y mis manos vacías se cerraban
aferrándose a la nada”.
Luego, claro, viene el momento en el que decae,
se va a terminar, llega un momento en que, como todo,
la canción acaba y entonces nos vemos abocados
a empezar otra actividad lúdica, otra aventura estética
para lo que siempre debemos estar preparados..
Claro que también nos queda la alternativa
de apretar el botón de rebobinar la cinta,
podemos volver varias veces a aquel susurro inicial.
Gaspar Jover Polo