Capullito de Algodón,
Trigo Rubio,
Solcito Tibio de Madrugada
Besitos que Naufragan en las Riberas de mi Ser...
Bello Estío que Siembra de Dicha
y a la vez me Anega en Lágrimas...
Ay, mi Vera!
Cuánto deseo hacerme Cuna en tu Mirada
y Danzar Envuelta en tu Inocencia
Volverme Niña junto a Vos
y poder Abrazarte y Besarte...
No existirá Error, Verita mía,
Incapaz de Hacerte Daño,
Te amaré de Lejos
Todo lo que me Reste de Vida
o Hasta el Luminoso Día
que Carne y Sangre
nos Reúna...
Hasta el Esperado y añorado Día
que llegue el Momento tan Anhelado,
en que Por Fin,
Preguntes por Mí
y la Oscura Noche Termine
Y el Alba Llegue
a mi Corazón Ardiente de Amor
que Bailó de Alegría en ese Instante
en lo Profundo de mi Alma...
(Patricia)