Tu ausencia me resulta como un paraíso perdido, e incluso el camino de la poesía se me cerró entre los matorrales, abolidas todas sus luces, tapadas las nubes, y con algunas aves que me indican el último latido amoroso de mi aire, y así escribo, con la sed de un caminante solitario sin tu agua, sin tu luz, deshidratado y con llagas en el corazón.
No sé, si al otro lado telepático, existe algo de aquello o simplemente no haya nada... oculta desaparición, que eres como una huella en el agua, imperceptible. Y en mi orilla, todo se traduce a una fuente de arena, que no me deja escuchar tu voz al llenarme la mente de arena, de mucha arena, como una fuerza de la gravedad al revés, que ni sube ni baja, ni va ni viene, eres una ausencia desaparecida que se queda pero no está. Es como caminar, con la medida de mis pasos multiplicados por cero.