oscar zalavarria

HOMBRE DE ARENA

 

Hombre de arena, de pies y manos granulados,
Su ser, una silueta esculpida por el viento.
Deja rastros en su andar, huellas en el tiempo,
Por caminos y plazas, pastos y pavimentos.
 
Su existencia se evidencia en cada grano disperso,
Y mientras más camina, más deja su esencia.
Pero con cada paso, su figura se desvanece,
Se vuelve más pequeño, en la inmensidad se pierde.
 
Su paso es fugaz, sus huellas no son profundas,
El viento del sur barre el pasto, su rastro se diluye.
El viento del norte arrastra la arena al mar,
Los vientos de oriente y occidente la elevan en remolinos.
 
De calles y plazas, la arena es llevada lejos,
Hacia un lugar donde la memoria no alcanza.
En el asfalto duro y frío, la arena danza,
Barrida por el viento, una danza sin esperanza.
 
El hombre de arena, efímero e inconstante,
Deja su marca, antes de que el viento lo desvanezca.