NOVIEMBRE DEL DÍA DOS
Madre jamás volví a verte;
En el profuso límite de la niebla
Entre siglos de fortuita lejanía
Se disuelve tu nombre
Tu rostro y tu estirpe.
Madre tu muerte
No fue consultada
Ni oportuna.
<Ningúna muerte lo es>
Más la muerte tuya
Madre mía;
Tan prematura,
Tan dictatorial.
Tantos siglos de ausencia
Madre y aún no me acostumbro;
A mi infancia vacía,
A mi primavera de mujer sin ti,
Al hueco que tu voz dejó en mi pecho.
O a la sombra difusa de tu mirada
Pérdida entre la bruma en mi vivir.
No me acostumbro madre;
A inventarte en la febril memoria
De aquella triste niña
Que lloraba por ti.
Hoy también te invento madre;
Invento las rosas de tu aroma,
Y el cálido reflejo de tu rostro
Impreso en mi recuerdo.
Invento madre...
Tu amor y devoción.
Madre amada
Cuánto sufro por quererte,
Por qué aún sin merecerlo
Yo te invento para mí.
Madrecita perdón por extrañarte,
Comprende que la niña
Que me habita no entiende,
Las razones de la muerte
Y aún llora por ti.
Madrecita en mis sueños
En mis días sin consuelo
Añoro estar junto a tí.
Tu recuerdo hoy presente
Marca de nuevo el calendario
En Noviembre del día dos.
Es tu ausencia madre mía
Honda herida en el alma
Que quema como brasas
Que no extinguen jamás.
Madrecita yo te quiero
Y quiero tu recuerdo
Aunque me duela para siempre
Por toda la eternidad.
Martha Patricia- Noviembre-02-2023