Para ti que estás perdido
entre la bruma infinita
que te ha creado la vida
y no sabes cómo ha sido.
Para ti que estás herido
con heridas que no sangran
pero ahogan y te arrancan
la razón que habías tenido.
Para ti que sientes miedo
al calor del desamparo
que te crees que ha ganado
y es tu cama el duro suelo.
Para ti que lloras penas
por los rincones vacíos
donde nadie presta oídos
y ya nada te consuela.
Para ti pobre infeliz
en cobarde convertido
no te entregues al destino
cuando se ríe de ti.
Para ti que has sido grande,
vencedor de mil dragones,
¿por qué te faltan cojones
para ser como eras antes?
Para ti que has silenciado
el trino de las alondras,
llama al coraje y afronta
que eres tú quien ha callado.
Para ti que en tu agujero
descansas en la apatía
no permitas que la dicha
se convierta en desespero.
Para ti con tus infiernos
te digo que no te entregues,
que vales por lo que sientes
y si no sientes pues cero.
Para ti sin existencia,
con la mirada que se hunde,
olvida tu pesadumbre
y hazle caso a tu conciencia.
Vive pues con gallardía,
con tesón de ardor guerrero,
y desenvaina tu acero
hasta alcanzar la alegría.
En vida no vivas muerte
porque la muerte no es vida,
llegará en su hora presente
y te llevará sin prisas.
Sin que la pena te oprima
este tiempo que ahora tienes,
disfrútalo intensamente
porque sabe a regalía.
¡Al río con los reveses!
¡A risas pues con la vida!
y ten por verdad no escrita
que en las vísperas no mueres.