Veo su sombra en la noche,
la soledad le acompaña,
es un ser misterioso,
su sonrisa es tímida,
parece un hombre agradable,
su vida es un cofre cerrado
a los extraños.
A veces escucho
su guitarra y su voz
poética y melancólica,
a veces sabe a sal áspera,
otras a melaza de miel.
Soledad feliz y deseada,
también monótona y triste.
Escribo textos bellos,
a lo Sabina o Perales,
estos dos, mis favoritos,
mientras salen de mi corazón
las letras leídas por vosotros,
versos locos, fluidos,
que brotan como las flores
en la hermosa primavera
o al ver la nieve por una ventana.
Momentos de creación y evasión
lejos de la realidad y los problemas.
Felicidad es el nombre
de estos ratos sin nombre,
gotas de agua de rosas
que tocan mi alma soñadora
con mundos de música y amor,
pensamientos con olor a poesía,
canela y café recién molido,
sentir las estrellas y la luna
esta noche dulce y única.
Sueña, criatura solitaria,
pronto vendrá el amor a ti
y tus veladas no serán igual,
la soledad de tus canciones
tendrán sabor a purpurina
y a besos pintados de puro amor.