Tirita la noche estrellada,
mujer de flor campanaria nocturna
nace en ti el desasosiego del rocío.
He ido germinando crepúsculos sobre las aguas;
use tus ojos cómo dos entes del cielo moribundo.
El viento gira y la noche me canta sus prosas.
Oir la noche inmensa, distribuir mi amor con mis besos.
En mis besos trémulan las sombras.
¡He construido mi hogar entre tus labios!
Hay riachuelos, piedras, aves y nostalgia.
Tu voz, tu cuerpo claro cómo el trigo.
Tus cabellos infinitos.
Me invade la penumbra.
Así cómo el crepúsculo se funde con la tarde, amor mío, me he fundido entre tus besos de arrebato.