Tu recuerdo no se muere
no se aparta de la vida;
de la vida, que viviste,
pues dejó muchas semillas
que darán también cosecha
como una fruta bendita.
Tu recuerdo permanece
como luz del mediodía
que ilumina los senderos
y las flores en la orilla
con sus múltiples colores
que recuerdan tus sonrisas.
Los recuerdos dan tristezas
y también dan alegrías
si el recuerdo trae a cuenta
del amor que hubo en tu vida,
del amor que tú regaste
como lluvia que caía.
Cuánto vamos a extrañarte
¡Oh Mamá Emma, Madre mía!,
por tu amor, por tu cariño
y bondad enternecida
porque fue tu vida entera
fresca brisa con caricias.
Tus recuerdos hoy se quedan
como estrellas cuando brillan
en el cielo que nos cubre
en las noches de agonía
porque en los recuerdos vives
y el recuerdo nos da vida.