Una pálida ilusión
entre penumbras llega, un quinque viejo,
la mesa y el sillón que me sostiene
son testigos del presente que me abraza.
La nostalgia observa, los retratos callan
cuando un adiós yace fijo con un clip
a una página inconclusa de mi diario.
Sonrisas, fracasos, deseo, querellas
penetran por las grietas de mi alma
cuando el silencio duerme;
el deseo escribe, el dolor duele
mientras las brasas del fogón
incineran un poco de impaciencia.
Tomo un sorbo de café y permito
que mi pluma corra entre vocablos,
el pasado se fue y el hoy
se acodera entre mocedad y ocaso,
entre madrugada y alba.
La bufanda gris, el chaleco púrpura y mi fe
pertenecen a la ilusión que cavila
en el suplicio sin razón del desencanto;
de que sirve una primicia
cuando te abraza la osadía del tiempo.
La pluma para de escribir
sin comprender la razón de mi delirio.
Autor…reh