Un puñado de hilos caóticos
que se enmarañan
en las manos de un niño.
Una roca que se intenta llevar cuesta arriba
para que descienda como caricia a la montaña.
Una lagrima insuficiente que rasga los versos
desahogando dolores al lavar las mejillas.
Un rostro sobre la hierba para grabar en el alma
la vestidura de la tierra
Un susurro de invierno para descubrir
en la lluvia la música del cielo
Un dolor en mi alma porque los verbos
no expresan la miseria del mundo
Un roció bajo la luz de la madrugada
humedeciendo esperanza al día que empieza
Un sol sin amparo que se desnuda ante el frío
al momento del ocaso
Una palabra silente expresando suspiros
al momento de la entrega
Una voz al oído revelando entre sábanas
figuras y vientres
Un poema que emerge entre todos los versos
como manto de colores llevado por el viento
oh lluvia silenciosa contemplada tras el cristal claro
descubriendo caminos, agitando anhelos
revelando deseos, agitando latidos
destruyendo armaduras, despertando los sueños