Abrumado por los ruidos
y las malas noticias, además,
busco en la soledad
del atardecer la paz perdida.
En un lugar apacible,
sentado en el sillón de la abuela,
me acomodo a meditar.
Levanto la mirada
para ver el sol que se pierde
tranquilo en el horizonte,
dando lugar que la luna,
y las estrellas,
brinden de luz y belleza, al cielo,
para a todos alegrar
El viento suele llegar,
si me ve triste y llorar
se hace brisa y me acaricia
en su afán de consolar.
También suelo mirar
a los pájaros volar
en busca del nido, de sus amores
donde el descanso, encontrar.
Ante el bello panorama
cierro los ojos
y hasta me atrevo a soñar
en un mundo donde todos
puedan libres trabajar,
llevar a sus hogares el pan
y la seguridad
de que nada va a faltar.
poder formar a sus hijos
en un clima de amor y de bondad
donde prime el respeto y la amistad.
¿Cómo hacerlos comprender
a los que viven de guerras
y traen el malestar,
que es mejor vivir en paz?