Joaquín Garcés

Xenoglosia

 

Cubierto en alevosía,

fui despojado de mi reino

por la codicia del cruel maestro.

 

Mi caída meteórica

provocó mayor impacto

que tu triste nacimiento.

 

Con las cenizas

de una tierra maldita

edifiqué mi imperio.

 

Con la cólera de tu antiguo ejercito

indispuesto a cumplir tus deseos

abarroté mis infanterías.

 

Con la sencillez de morder

una insignificante manzana

marchité tus creaciones.

 

Mis alas de ébano

por siempre sacudirán

los débiles cuerpos

 

de tus feligreses

ansiosos por conocer

una pizca de poder divino,

 

manteniéndose célibes,

desposados de su albedrío,

regidos bajo tus ordenes

 

y en las contestaciones

a tus plegarias

el silencio impera.

 

La historia testifica

como reaccionas ante cualquiera

que te confronta:

 

la torre de Babel,

Sodoma y Gomorra,

el arca de Noé.

 

Para ti, tu monopolio

es un sueño, para nosotros

una pesadilla.

 

Mejor reinar en mi infierno

que servir en tu cielo.