En el trino de un pájaro
La vida entera saluda,
Alegría sin compuertas
En el balancín de la frágil rama
de la Creencia más optimista.
Nada puede ensombrecer su canto,
Es inmune a la lluvia o a la ventisca,
El sol, irrelevante, cielo en polvo, la niebla,
Nada perturba su compás de vida.
Y yo escudriño el misterio
Desde una ventana de metacrilato,
Bajo techo, en la comodidad esterilizada.
Sin embargo, todo me contagia
Vulnerable al capricho de la intemperie.
Quizás, verso a verso me vacune
Y encuentre el camino al nido
Para aprender a volar
Cuando haga calor,
O cuando haga frío.