Luis Roberto Otero

No te amo, es sábado

No te amo ya no veo, no existes.
cruzadas solo nuestras miradas, 
pasando, por esta tierra, este pasto,
este misterio que se desprende, se desviste
tan estrechamente que a lo poco hay nada.

La ceniza no borra lo que no se haya,
no te amo, amo el asiento detrás del mío,
pero amo más a la voz
que un día dijo algo que he olvidado.

Descanso, solo queda una tarde de sábado
en la que como cuervo en acecho,
el corazón, las palabras, el latido,
todo solo se queda quieto.