Pervivo, a pesar del tiempo…
a pesar de esos espacios…
aun en contra de los bufones
que intentan destrozarme.
Pervivo contra todo pronóstico,
atravesando letras y números
que a veces son tan agobiantes,
como una densa nube opacante.
Pervivo, entre los espejismos
que se introyectan como garfios,
desgarrándome las entrañas...
y me devoran en dolor y canto.