\"Hundiendo va este odio reinante
todo cuanto quisiera remontarse
directamente vivo.\"
Miguel Hernández
Bajo el silbido de las bombas
resulta inútil parapetarse
tras la esperanza o esconderse
dentro del miedo,
la cuenta atrás llega
con demasiada antelación a su destino
y los edifios se preparan
para protagonizar un efecto dominó
de fichas ensangrentadas.
El bullicio de los pájaros
en el árbol al prepararse para dormir
queda acallado por el silbido
de las bombas, zancadilleando
los primeros pasos de los sueños.
Bajo el silbido de las bombas
a los tejados se les trastabillan
las plegarias,
nadie escapa a la consideración
de objetivo y el alma tiembla
antes de temblar la tierra.
Bajo el silbido de las bombas
las escuelas se convierten
en hospitales, los hospitales
en morgues y las morgues
en escuelas de las que nunca
aprenderemos la lección.