Siempre tengo ganas de saltar,
Aunque... irónicamente, siempre estoy cayendo.
Cómo un paracaidista con sobrepeso
Cómo un meteorito ardiendo.
No sé cómo apagar ese fuego,
Ese que siempre está mi corazón jodiendo.
Necesito de bálsamos y hechiceros.
Quizás una terapia de nuevos sueños,
Sueños donde no estés,
dónde no te esté sintiendo,
Y si entonces las pesadillas corroen mis sueños,
Vendrás... Lo sé.
Tus recuerdos pintaran mis lienzos negros,
Aún cuando nos separan miles de rostros,
Tus ojos café y tu boca, son l
o que anhelo.