Tiene triste la mirada,
y al mirar no hace notar su desconsuelo.
Va esquivando los encuentros.
En sus ojos naufragó su obsesión,
y se hizo mares…como llanto.
Desde entonces disimula sus latidos,
ha prohibido sollozar a sus recuerdos,
y prefiere esconder su sufrimiento.
Se ha encerrado en su silencio,
y se ha hecho amiga de la nada,
y comparte los momentos con su angustia.
Por las noches se le ve transitar con el insomnio,
casi siempre va camino a la nostalgia.
Se ha llevado de equipaje unos suspiros,
y ha dejado en el desván a sus reproches.
La acompaña su agonía despechada…
y su aliado corazón...su compañero.
Su alma buena…quiere paz…busca calma.
Va descalza sobre el frío de sus ansias,
y se aleja del suplicio…sin volver a ver atrás.
Cabizbaja se resigna a continuar…
y no piensa regresar… nunca jamás…
nunca jamás.