Llega un nuevo día, ataviado de frescura,
ha vuelto a brillar el sol, con la poesía a flor de piel,
con aguas cristalinas, cantando al amor y a la esperanza,
en sus brazos me arrullo, el corazón hace sintonía con el alba.
A la luz de lo desconocido, puedo abrir el álbum de los anhelos,
la inocencia de la contemplación no tiene tiempo para el silencio,
una suave y fresca brisa me recibe, las sábanas ya no esperan más,
las estrellas se adormecen, se escapan nuestros temores acumulados.
Quizá aparece la primera nevada, la primera lluvia,
el secreto de la noche se ha eclipsado con una fuerte moldura,
la paz de las cosas simples han llegado, sonrisas que se animan,
se dispersa el viento como un recuerdo, donde nunca llega el pensamiento.
Esta tierra que brilla, va entonando una oración al cielo.